Monasterio de San Vicente el Real

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El Monasterio de San Vicente el Real está situado a orillas del río Eresma, habiendo que destacar la belleza del paisaje que le rodea; se halla en una pronunciada pendiente, lo que condiciona una acusada diferencia de niveles entre las distintas dependencias monásticas.

De orígenes inciertos sumidos en la leyenda, su filiación al Císter en el año 1156 no tiene más apoyo o prueba  que una inscripción que recorre el templo a modo de friso, bajo las líneas de las ventanas y que, renovada en 1676, reproduce otra anterior, probablemente de los últimos años del siglo XV.

El conjunto monacal es, se entiende,  el resultado de al menos tres etapas constructivas, que comprendieron: De la primera fábrica tardo-románica sólo se conserva el ábside de la primitiva iglesia y parte de la nave; la segunda etapa constructiva se desarrolla en la Baja Edad Media prolongándose hasta el siglo XVI; es el siglo XV el período de renovación más importante del conjunto monástico, que afectó al menos a la iglesia, al claustro y edificios conventuales. Pero su tercera etapa se corresponde con la reconstrucción que se inicia tras los incendios de la segunda década del siglo XVII, en la que es fundamental la intervención de Pedro de Brizuela.

Después de los siglos XVIII y XIX las modificaciones en el monasterio no cesaron, hasta llegar a la imagen actual del conjunto, debido a la superposición de distintas fábricas a lo largo de toda la vida del monasterio, que implican cambios.

Este lugar es uno de los de tipo religioso más importante para Segovia. En la actualidad está habitado por religiosas de clausura que viven de su huerta y de la venta de flores. Como visitante puedes venir cuando quieras, es un lugar que aseguro te gustará conocer. Te esperamos.